viernes, 21 de septiembre de 2012

Nota La Capital - Rosario

"En lo único que pienso es en todo lo que me regala la gente"



El folclorista Jorge Rojas presentará hoy su CD "Uno mismo" con un show que ofrecerá, a las 21.30, en Metropolitano.

Jorge Rojas presentará su álbum "Uno mismo" con un espectáculo que presentará hoy, a las 21.30 en Metropolitano, Shopping Alto Rosario. El artista tocará las canciones del octavo disco de su carrera como solista, en el que reúne ritmos de chacarera, huayno, candombe, retumbo y guapango que "después llevamos hacia el estilo que más sentimos y que es bien personal", tal como lo definió el músico neuquino criado en la comunidad de La Merced, en el corazón del Chaco salteño, que llegó a los grandes escenarios como integrante del grupo Los Nocheros y luego inició una carrera solista que hoy transita como una de las figuras más convocantes del folclore argentino.

Tras recorrer vertiginosamente un camino que lo llevó por todos los rincones de la Argentina y Latinoamérica con Los Nocheros, llegó para el artista el momento de comenzar a caminar solo y, lejos de decaer, su carrera tomó un nuevo impulso y se posicionó como uno de los solistas folclóricos más exitosos del momento.

A casi veinte años de aquel ingreso al mundo de la canción, el cantante y compositor compuso y grabó "Uno mismo", un disco inspirado en la geografía y los afectos de sus orígenes y que compuso en la comunidad de La Merced, donde viven sus amigos de la infancia y sus parientes más cercanos. "Me crié ahí y ese es el lugar que llevo aferrado a mi corazón", reveló el artista a Escenario.

Hoy, exitoso intérprete, compositor y productor de discos de otros artistas, posa su mirada en sus afectos y en su comunidad a la que trata de impulsar en un despegue que la saque de la postergación. "Cuando volví me encontré con un lugar que me daba mucha tristeza al saber que se había quedado olvidado. Y empezamos a hacer algunas acciones", dijo sobre el trabajo solidario con el que apoya a la escuela en la que aprendió a leer y a escribir.

—¿Por qué denominó al disco "Uno mismo"?

—El título es el de una canción que integra el disco. "Uno mismo" reflexiona acerca de lo que significa mirar para adentro.

—¿Ahora que es un hombre de familia está repasando su vida desde otros ángulos?

—Llega el momento de hacerlo y tiene que ver con la maduración en todo sentido. Uno va a aprendiendo y se enfrenta a sus propios errores. Por eso en la canción se dice que la batalla más difícil que nos toca librar a los seres humanos es, en realidad, con nosotros mismos.

—¿Qué cosas del pasado no repetiría?

—Muchas. Cuando se atraviesa la etapa de la juventud, con toda la adrenalina que tiene, son momentos maravillosos que uno vive a una velocidad increíble. Pero vistas de lejos, algunas son irresponsables y locas.

—¿Se arrepiente de algo de lo hecho a nivel profesional?

—Cuando hablás de la creación tenés que darle el espacio al autor, al compositor, el tiempo suficiente para que madure la canción. El otro proceso viene cuando empezás a trabajar con arregladores, con los músicos, cuando empezas a vestir a la canción y a darle los colores y los matices necesarios. El último proceso, que es el de la producción, comienza cuando entrás de cabeza al estudio de grabación para dejar el disco plasmado. A esos procesos los vivía todos juntos y esas son algunas de las cosas que no volvería a hacer. Ahora le estoy dando el tiempo suficiente a cada momento. Lleva mucho tiempo el romance con la canción. Para este disco estuve seis meses fuera del circuito para encotrarme con las canciones darles el punto justo.

—¿Cómo ve a sus fans que no entienden demasiado estos asuntos del paso del tiempo y lo siguen siempre con la misma pasión? ¿Ahora está un poco más tranquilo?

—(Risa) Por lo menos eso parece ¿no? En las giras buscamos trabajar con más tranquilidad y no andar corriendo en la ruta y para llegar a los lugares de la mejor manera. Me gusta subir al escenario pleno. Así es como lo disfruto de verdad y a esta altura en lo único que pienso es en todo eso maravilloso que me está regalando la gente y disfrutarlo de verdad. Andar de esa manera es otra de las cosas que no volvería a hacer. Si tengo la posibilidad de subir a un escenario, quiero hacerlo pleno, de la mejor manera y a puro disfrute.

—¿Cuándo descubrió que, en su vida, el tema de la música iba en serio?

—En los primeros tiempos, cuando estaba en el grupo (Los Nocheros) estaba subido a una aventura increíble que surgió casi de la noche a la mañana. Para que te des una idea: yo ingresé en agosto de 1993 y para enero de 1994 ya éramos la Consagración de Cosquín. A partir de ahí no paramos de tocar y cantar por todos lados. Recorrimos el país de punta a punta y después se empezó a abrir toda Latinoamérica. En un momento dimo 280 shows al año. Hoy, cuando estoy cumpliendo 20 años de carrera y la gente nos sigue como el primer día, me doy cuenta de que el afecto va mucho más allá. Cuando en mayo convocamos a nuestros seguidores a la Fiesta de la Cultura Nativa, que se hace en un lugar realmente alejado, y es una cruzada solidaria, iban miles de personas a colaborar con una causa que nosotros hemos propuesto. Ahí te das cuenta que hay algo que va más allá de las canciones y de esto que al principio era una aventura, Hay un lazo afectivo muy grande con la gente que me sigue.

—¿Dónde se hace el encuentro?

—Se hace todos los años donde crecimos nosotros que es en el Chaco salteño. Es una comunidad de los indios chorotes, donde está nuestra familia. Es uno de los municipios más pobres del país, de muy difícil acceso, con muchísimas necesidades del pueblo criollo y aborigen que se encuentra en estado de extrema pobreza. Entonces con nuestra canción y con nuestros seguidores hemos abierto una puertita solidaria para que se puedan crear lazos de integración, más que nada.

—¿Por qué se embarcó en esa cruzada?

—Lo hicimos porque el lugar es muy especial para nosotros. Nos hemos criado ahí. Hasta el día de hoy la maestra de Lucio y Alfredo (sus hermanos) todavía está ahí. A través de ella, que es como el pilar fundamental de este proyecto, comenzamos a trabajar primero en la escuela por lo difícil que era tratar de mantener los comedores durante todo el año. Trabajamos primero en torno a la institución porque ese es el primer paso y la institución que elegimos es la educativa. A partir de la escuela empezamos a ayudarle a la maestra a concretar las obras de los comedores, del jardín de infantes, de los baños, la biblioteca y la sala de computadoras. Es la primera escuela en la región que tiene computadoras para que los chicos a temprana edad puedan familiarizarse con sistemas operativos. Entonces desde la escuela les vamos dando algunas herramientas para que puedan empezar a manejarse. Después hicimos un estudio de salud de todos los chicos: había muchos desnutridos. Hoy en día, después de 5 años de trabajo nuestra comunidad de La Merced, tenemos la alegría y la felicidad de decir que no tenemos chicos desnutridos. Tenemos gran cantidad de alumnos, siete maestras bilingües, un puesto de salud que se está ampliando en este momento con un enfermero del lugar. Se hizo un pozo para tener agua potable y un tendido de red. En cinco años logramos sacar a flote una comunidad que tenía muchísimas necesidades con el esfuerzo de nuestros seguidores.

—Es muy loable que no olvide al lugar donde creció, aunque no nació allí.

—Me crié ahí y a ese lugar lo llevo aferrado a mi corazón. Mis viejos y mis compañeros están ahí. Cuando volví de esa aventura musical maravillosa encontré un lugar que me daba mucha tristeza porque había quedado olvidado.

—Ahí se siente usted mismo.

—¡Ahí me siento tanto yo mismo! Al disco lo compuse casi completo allá, en la comunidad, cerca de mi viejo, a la orilla del río.

Por Marcelo Menichetti / La Capital